Solo: Hoy...

                     Aún recuerdo; vagamente, un poema que nos leyó el profesor de Ética, en la escuela. Hoy en día, la sigo buscando, ya que el autor se borro de mi memoria por completo... (Si a alguno, le es familiar, no dude en hacérmelo saber. Gracias)

                     Fue un escrito evocado a la época de los nazis; las prosas rezaban algo como esto; (aunque les recuerdo, que es como se me quedaron grabadas... no son textuales ni nada parecido)

                    “Recientemente, algunos simpatizantes del nazismo se llevaron a mi vecino, por ser judío.
Yo lo observe desde la ventana de mi hogar, con mi familia. Lo vimos,  con brutalidad ser arrastrado, él y los suyos. Pero yo no me preocupe, pues yo no soy judío...

                    Ayer, algunos simpatizantes del nazismo se llevaron al vecino del frente, por ser negro.
Yo lo observe desde la ventana de mi hogar, con mi familia. Lo vimos, con degradación ser arrastrado, él y los suyos. Pero yo no me preocupe; ya que yo, no soy negro...

                    Hoy a la mañana, algunos simpatizantes del nazismo, irrumpieron mi hogar. Como ya no había, ni judíos, ni negros a quien capturar... vinieron por mí y los míos. Hoy me doy cuenta, que si hubiera hecho algo por mi vecino judío... esto tal vez no me estaría ocurriendo. ”



Es, impactante ¿cierto?, y sin mucho que rebuscar ejemplos, les contaré una personal.




                La inseguridad, no pienso que sea solo nacional; a nivel mundial, la violencia se ha apoderado de la mente frívola y débil del ser humano, así que, tal vez se sientan identificados...

                Un grupo de personas, cansadas de ser arrastrados por la corriente de los crímenes y el uso de la fuerza, incluso el de armas de todo tipo, asaltos, violaciones, asesinatos; enlazaron su voz como victimas de la falta de seguridad y realizaron una marcha; apoye la moción con vehemencia, no obstante, en el día pactado no hice gala de presencia. ¿Por qué?

                Por que jamás fui asaltada, en varias ocasiones, los miembros de mi familia si pasaron por este mal de la sociedad; sin embargo, los resultados (gracias a Dios) no fueron los mismos que aquellas personas que a mares lloraban mientras marchaban, cargando una fotografía del ser que padeció bajo manos de haraganes, dueños de lo ajeno, adictos a lo fácil...  

                 De modo que no entiendo del todo, ni lo duros y difíciles momentos que deben sobrellevar los familiares de las victimas de ultrajes o secuelas sicológicas que conllevan ser victima de este tipo de situaciones injustas. Así que promoví el hacerse escuchar, pues los hechos vistos por los noticieros, rebasaban nuestra ingenuidad, el gobierno debía accionar inmediatamente.

                Parecía un eco que se esparcía como chisme caliente por todo el país, pero la pereza pudo más que la lógica y el raciocinio. 

                Deseo remarcar las cifras míseras y la baja participación ciudadana, ante un mal que corroe a todos los estatus sociales... 

                El remordimiento es un sentimiento tan horrible; me envolví con el manto del “¿Hagan lo que yo dijo, no lo que yo hago?” el cual resulta tan hipócrita y patético en cualquier caso que se utilizará como escudo, todo con tal de no enfrentar ciertas responsabilidades.

                 Yo tuve motivos superfluos, otras personas quizás se encontraban en mi misma posición o tal vez no; pero lo único que me pregunto es, ¿a quién reclamaremos cuando seamos nosotros las victimas? ¿A quien culparemos por nuestra cobardía o apatía? ¿A quién reclamaremos por nuestras vidas o por la de nuestra familia? Pudimos enfrentar la realidad, tuvimos la oportunidad de exclamar por nuestros derechos, y también por el vecino antes de pasar por ello, cuando aun podíamos evitarlo... ¿y que preferimos hacer? ¿Descansar, dormir...? ¿Hasta cuando? Hasta que no quede ya nadie allá afuera y sea el turno de nuestro hogar. Pero entonces, ya nadie habría en el exterior de nuestra burbuja egoísta, nadie quien pueda socorrernos o ayudar...

                Yo solo sigo pensando, y no quisiera que mi historia termine como el del alemán... hablando de lo que pudo y no hizo, intentando remediar el pasado. Cuando el tiempo no se puede retroceder, ni volver a obtener la oportunidad que dejamos pasar o malgastamos solo por pereza o frialdad... por que ingenuamente creímos que, “eso no me va suceder”.

Solo recuerda que, el único momento en el que puedes actuar es: HOY. Ayer es imposible y mañana podría ser muy tarde...






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